Orgullo por nuestra industria vitivinícola - Uruguay
La historia del vino en Uruguay se remonta a mediados del siglo XVII, época donde Uruguay aún mantenía la dependencia y era conocido como la Banda Oriental. Las primeras cepas fueron traídas desde España y se plantaron en el sudoeste del país. Se dice que una de las cepas primerizas en el país fue la Moscatel, la cual se producía para un consumo de mesa y de vino en familia.
Con la llegada de la independencia del país en 1825 y la era pre-industrial vino una etapa de transición en la que se incrementó el número de los viñedos.
En 1870 fue cuando se comenzó a ver la industria vitivinícola como una empresa comercial viable, esto se debió gracias a Don Pascual Harriague, un inmigrante vasco con inquietudes empresariales, introdujo la cepa conocida hoy día como Tannat y la cultivó en un total de 200 hectáreas al norte del país. Las condiciones climáticas del país fueron propicias para el desarrollo de esa variedad.
Otra de las figuras pioneras en el mundo de la vitivinicultura entorno al mismo año fue Francisco Vidiella, quien comenzó a plantar otras variedades de origen europeo al sur del país. Entre alguna de las variedades figura Folle Noire, conocida inicialmente como uva Peñarol y luego llamada Vidiella, la misma fue cultivada en Colón, un pequeño pueblo que es hoy parte de Montevideo. La primera cosecha fue en 1883 en total de 36 hectáreas.
En 1880 llega la tercera cepa a Uruguay. La francesa Gamay Noire fue cultivada en la zona montevideana de Carrasco dándole el nombre de Borgoña. Poco tiempo después llego Cabernet.
Refiriéndonos a la misma época, también se cultivaban otras variedades como Bobal, Garnacha y Monastrel de origen español, Babera, Nebbiolo, Isabella (frutilla) de origen Italiano.
En 1884 Vidiella y Harriague fueron premiados por ser los mayores productores nacionales de vino, premio que fue otorgado por el gobierno uruguayo. Gracias a la premiación que obtuvo Pascual Harriague llevó a que en 1887 el Tannat fuera conocido como el “vino uruguayo”
La vitivinicultura siguió creciendo en Uruguay, el 17 de julio de 1903 fue aprobada la primer Ley Vitivinícola, apoyada por un marco legal adaptado de forma realista a la situación empresarial, fue así como la industria vitivinícola inició una visible etapa de consolidación.
Una serie de sucesos que comenzaron en 1904, como el control de calidad, la iniciación de registro de datos, el censo de producción, la enseñanza de la vitivinicultura en la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República y en la Escuela de Vitivinicultura, junto con el crecimiento de las empresas nacionales durante la primer mitad del siglo XX, marcan la consolidación de la actividad vitivinícola como una empresa viable y redituable. Todos estos acontecimientos llevaron a los años 50, donde se logró un record histórico de 19.000 hectáreas cultivadas en el país.
Gracias a la serie de sucesos que ocurrieron con Don Pascual Harriague, Uruguay en la industria vitivinícola es conocido por su Tannat, variedad de taninos suaves y tiernos, y un atractivo color. Uruguay es el único productor en el mundo donde existen viñedos significativos en cantidades aún mayores que en su tierra nativa: Madiran e Irouléguy, sudoeste de Francia. En Uruguay, la superficie plantada de esta variedad, representa un tercio de los viñedos. El vino Tannat presenta dos principios enológicos básicos: calidad y características locales. Esto ha conducido al creciente reconocimiento de Uruguay como país productor de vinos de calidad y con ello llegó la expansión a mercados internacionales