La línea extrema de Familia Deicas
El primer integrante de esta línea de vinos exclusivos fue Extreme Vineyard Cerro del Guazuvirá, el cual fue cultivado en la roca madre del corazón de las Sierras de las Ánimas, en el basamento cristalino, en el Cerro del Guazuvirá, virgen por miles de años, sobre granito de origen volcánico tan poco alterado naturalmente, que debió dinamitarse.
Debido a las condiciones extremas a las cuales fue sometida la viña se preparó el terroir de tal forma que el agua no filtrara para que la vid lograra la absorción necesaria para su correcto crecimiento. A su vez se protegió el viñedo con mayas para evitar que los Guazuvirá destrozarán la planta.
El resultado que los Deicas obtuvieron fue un vino extraordinariamente inusual, expresión de fruta madura y fruta fresca sumado a exquisitas notas de cebada recién molida.
Por consiguiente, los Deicas siguieron buscando desafíos y con ellos llegó Extreme Vineyard Suelo Invertido, el cual fue cultivado en las afueras de Progreso, Canelones, en Domaine Castelar, en suaves laderas con sub-suelos Vertisoles ricos en calcio. Contra todas las prácticas culturales tradicionales que engloban la vitivinicultura, Familia Deicas invirtió los dos primeros metros del suelo, donde el suelo fértil fue llevado a lo más profundo y el suelo arcilloso-calcáreo fue llevado a la superficie.
Gracias a esas condiciones, la vid explora mucho volumen de arcilla (en gran intercambio de mineral) en busca de la tierra fértil que fue enterrada en profundidad.
El resultado que los Deicas obtuvieron fue un Tannat expresivo, vibrante, con mucha energía y fineza. Con notas de membrillo y guayaba con sutiles notas de pomelo y mango, inusuales en un vino tinto.
Test.